domingo, 10 de junio de 2012

¡Gastón! (Bitácora de Lunes 4 de junio)

Comenzamos otros mes, el entusiasmo sigue vivo. El primer bloque de esta clase consistió en la presentación de la actividad que quedó como tarea pendiente para hoy: presentar la canción Gastón, con algún tipo de arreglo (pulso, ritmo, voz) y además, MOVIMIENTO. 
En nuestro grupo incluimos a dos compañeras que por motivos personales no asistieron la semana anterior: Berenice y Constanza. Por ese motivo, la profesora nos otorgó 15 minutos para prepararnos y luego salir a presentar. Decidimos utilizar el pasillo para trabajar más tranquilos. Comenzamos a organizarnos y nos dimos cuenta de que es una tarea muy difícil el distribuir tareas.

El tiempo se cumplió y cada grupo debía mostrarnos lo que había preparado. Generalmente las presentaciones estuvieron deficiente, los cual se debía en primer lugar a la dificultar del ritmo de la canción; ya que la versión original es muy rápida, en comparación a la que trabajamos. El otro motivo fue, considero, error de la profesora al mencionar la palabra Evaluación. Desde ese minuto el ambiente se tornó lleno de nerviosismo y preocupación, pues -en primera instancia- pensamos que esto era sólo una actividad (y no se trata de quitarle importancia, al contrario). 

Respecto del tema, la profesora nos pidió opiniones. Yo no quise hablar, me detuve un tiempo a observar como mis compañeros discutían fuertemente unos con otros. "Que sí se debe evaluar", "que no se debe", "que a ti te evalúan cuando tú quieres", eran frases recurrentes. En lo personal me dio lástima esta situación, pero creo que tiene sólo un origen: evaluación. Y eso se lo comenté a la profesora. Me dijo que tenía razón, y en consecuencia dijo que esta vez no evaluaría y que la semana siguiente sí. 

Nos tocó presentar de los primeros. Por desgracia tal presión grupal nos afectó. La profesora nos dijo que la mitad del acto estuvo excelente, ya que para graficar la altura de la canción subíamos y bajábamos. "Muy buena idea", señaló. Sin embargo, al momento de mezclar baile, interpretación y canto, nos costó bastante. 
Sin embargo, nos comprometimos a mejorar el trabajo para la próxima semana. 

Y a modo de petición personal espero que esta vez mis compañeros se comporten de acuerdo a la edad que aparece en su cédula de identidad, y no caigan en actitudes que para un docente en formación no son para nada bien vistas. Eso. 
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Luego de eso la profesora nos dio el break (de 10 minutos), el cual -en su mayoría- destinamos a dejar fuera del aula la tensión que había quedado del bloque anterior.

Posteriormente realizamos una actividad acerca de la IMPORTANCIA DE LA AUDICIÓN. Esta consistía en oír cuatro canciones y -en base a ellas- responder cuatro preguntas:  1) Determinar la altura de la canción (enfocándonos en identificar si poseía más altos que bajos o si se mantenía constante). 2) La intensidad del sonido. 3) ¿Cuál es la emoción que la canción te produce? (determinar cuál es y además, clasificar si es agradable o desagradable). 4) ¿En qué lugar y/o contexto físico situaríamos esa canción?


En base a esto la profesora nos señaló algunos datos y características de nuestro sistema auditivo. Primero, que el órgano auditivo no se puede cambiar. Sin embargo, lo que sí se desarrolla es la audición.
¿Por qué es importante? La respuesta es que, cuando nacemos, oímos un estrepitosos ruido general. Pero, en la medida vamos desarrollando este sentido, adquirimos mejor sensibilidad y FINURA. De manera que eso no sólo nos ayuda a concentrarnos, sino también a conocer mundo. Por ende, desarrollar el oído es clave para tres cosas: atención - concentración y relajación.
Dentro de la audición, explicó la profesora, existen tres fases (lo que indica que es un proceso). Esta son: a) Escuchar y reconocer distintas melodías. b) Retener tales melodías, y c) Reproducir los sonidos.
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Por último, realizamos una actividad más bien corporal, usando las ondas musicales que trajo la profesora. Para ello, debíamos escoger una pareja dentro del curso, la cual luego iría rotando. Debíamos desarrollar la libertad en función del ritmo musical. Como la música era tan suave y relajante, liberamos bastante tensión académica y también acústica, permitiendo conocernos.

Al reflexionar sobre esta actividad, muchos la describimos como: extraña - inusual - relajante. Y dentro de las emociones que nos produjo, las más reiteradas fueron: vergüenza y extrañeza.

En fín. Una clase que tuvo de todo, y no sólo en cuanto a temáticas y actividades, sino también atmósferas emocionales.
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Finalmente, la profesora nos dejó como tarea algo similar a lo que hicimos en clases, lo cual responderé en la entrada siguiente.


Santiago, Lunes 4 de junio de 2012.




1 comentario:

  1. Es un buen punto este de reflexionar en torno a la evaluación... Imagínate como viven los niños ese proceso, si a nosotros los grandes nos pone tan tensos. ¿Cómo hacerlo?...
    Los fines de semestre siempre son períodos muy complicados para todos... espero que las cosas vayan mejor. Mucho ánimo!!

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